DEL LIBRO MIS GUERRAS Y OTRAS BATALLAS





CANTO AL MAR



La mar es una mujer voluble
que se sabe acariciada, necesaria y querida.
La mar no es una prostituta. 
Su piel se extiende deseada e inmensa,
sobre todo inmensa.
La mar es una hembra que seduce 
desde su húmeda territoriedad.
Encumbrada en las noches de luna
se revuelve sensual 
abriendo su vulva para que el viento 
la penetre pacifica, suavemente
sin el ardimiento de la lujuria.

El hombre conoce su hembritud
y entra a ella para ser acariciado
en su secular hondura, 
pero la mar, como toda mujer
de infinitos horizontes, 
lo toma, lo lleva y trae, 
dispone plenamente de su virilidad 
y lo trastorna, llevandolo
a su vientre como una amante
y en el inmenso espacio de su utero
lo alimenta en una muerte
que le ignora en su estancia de paz, 
algas como vello pubico,
caballitos de mar 
y otras alucinaciones.




 

POEMA A LA PAZ   (Decineto alejandrino)





¿Hasta cuando la paz...?  ¡Y la paloma herida...!
¿Hasta cuando la Paz...?  ¡Responden los cañones...!
¿Hasta cuando la Paz...?  ¡Que se nos va la vida...!
¿Hasta cuando la Paz...?  ¡La muerte viene en Drones...!

Y el hombre ya minúsculo en su espacio global,
en sórdida esperanza, solitario y virtual,
asoma un entusiasmo perdido entre planetas.

Vislumbra aquella luz que acerca a los humanos
y en un himno de Amor, unidas voz y manos,
se ciñen los empeños en versos de Poetas...



 


ACASO.



Por si a las sombras le parece poco
esa costumbre de morder las luces.

Por si a la flor le crece la desidia
y rompe su esencia en pétalos azules.

Por si a este YO, que soy yo mismo
le maduran los versos  en abures.

Vengo del fruto astral de los veranos
a estacionar el fuego que me invoca.

Desde la cumbre irreal de la locura
hasta el fuego viril de mis hormonas.



 

CASA DE LA INFANCIA


  

Las puertas de madera, ¿crujirán todavía?

Y las ventanas, ¿Aguardarán impacientes
por sus charnelas oxidadas?

¿Quién  susurra en el patio esa canción,
 junto a las quicalias?

Y el ferroso ruido de la máquina Singer
donde madre cosía nuestra miseria adusta
por un plato de sopa con ternilla.
¿Se escucha aún entre los astros?

Solamente pregunto
-luego de tantísimo tiempo-
por la inocencia del amor cobijado
entre aquellas paredes…



 

CREPÚSCULO

  


En la justa hora en que la encendida
ascua horizontal del día reposa,
ábrese en el piélago del cielo la herida
y sangran las nubes un parto de esposa.

La saeta grácil lentamente instala
en grises de muerte su labor completa
La unción de colores va a la paz del ala
al agua tranquila, y a la flor discreta

Mas el hombre yace viviendo su modo
complicado y ciego, hundido en el lodo
de la pueril vida que en el lomo arrostra.

Y mira a la tierra, con ojos de oveja,
Y con luz más triste que una pena vieja;
cual lirio rendido, al cielo se  postra.


  

LOS TRÁNSITOS DEL OLVIDO

"Algunos toman por sed,
otros por olvidar deudas
y yo por ver lagartijas
y sapos en las estrellas"
NICANOR PARRA
(Coplas del vino)

Yo soy de los que llegan tarde,
 a los funerales. y las fiestas
Me olvido de las horas de la cita
porque siempre confió en la  memoria.
-Ya lo sabes-
Yo se que la tardanza es falta de respeto,
que a nadie le gusta estar
esperando como un barco
Pero ¿qué culpa tengo yo…
-y quiero que comprendas-
si la memoria no se compra en las farmacias.
Naces con ella, los pulmones, y la sangre,
el corazón y las piltrafas.
Pero ya ves, así he vivido esta batalla por la vida
y no pienso dejar mi guerra
por un olvido más o menos.
Ahora mismo recuerdo que he olvidado
lo que debí escribir hace más de un año.
Algo sobre mi falta de memoria
pero creo que mejor lo dejaré
para ver si al fin recuerdo
donde rayos guardé la paz que anoche encontré
prendida a tus miradas.
Asi las cosas, no te preocupes
que la muerte, si me olvido de ella,
siempre viene completa y
preparada.



 

SIEMPRE EL MISMO)




​Viene el insomnio con su capa negra,
su As de basto, en la jugada sucia.
Me rodea con la sombra de su astucia
y en el todo de su nada allí me integra

Pensé en asirme del hilo de la luna
con mi perro infantil en la memoria..
pensé salvarme al centro de la historia
en el silencio que la mirada acuna.

Pero me dije, no es cosa del idilio
cuando el hombre se presta a la huida
​o ​dejar la cicatriz de la mordida
​en el trombo de la huida hacia el concilio

Por eso llevo el ladrido de mi perro
​en aquel pedazo de niño e inocencia
que ha marcado por años mi presencia:
​desnudo siempre estoy,  y no me aterro


 
  
EL MIEDO



Si viene con el filo de su áspera figura
de bruma silenciosa, sin pies y sin cabeza.
Si apura la mirada, el susto, la sorpresa
de aquello que le embiste, que dentro le inaugura
como un temblor de ave, ante la muerte oscura.

Si viene sin su falda y en un guiño te besa,
que no tiemblen tus manos, el miedo en su estructura
es solamente miedo, su necia mordedura
a la luz de la mente, a la mente regresa,
pues todo se razona con más brillo y certeza




ALBORADA



Nace la mañana.
Un confuso rumor se desplaza consumiendo las sombras que huyen de la vigilia en que el Hombre está con sus ojos cerrados como si un parto de lúcidas estrellas sucediera bajo sus párpados.
Es la mañana y es labor de las luces recién urdidas quien equilibra toda la noción de lo festivo, cuando el cuerpo  se desplaza lúcido y creíble como una pantera en  celo.

Así llega el día, en el lenguaje
humano de besos y gemidos.
De cuerpos cansados, abatidos
sin la noción hermosa del paisaje.
Es la realidad de todo viaje
que nunca parece concluido.


  
 
EL PECHO, DE AZUL, SE ME DESANGRA



En locura de luz, galope y polvareda
el pecho se deshoja, inflama, vuela , sube.
Fogoso, en ágil viento remonta cruz y nube;
quedándose dormido, en suave canto queda.

La salvaje eclosión celeste se avizora,
y al escuchar el canto que inmola en el reposo.
se encabrita en  la bruma el alazán brioso
del verso que renace al centro de la aurora..

Y va cayendo el cuerpo en brava Eucaristía
revelando en el hueso de aquella sombra fría
el versículo hosco de un ansia cardenal.

El himno sube al atrio cubriendo el santo miedo
con el  antiguo manto que pende de aquel dedo
señalando la ruta de su ansia animal..

 

DE AQUEL LADO DEL MAR


                                                                        Por eso yo me iré sin saber nunca
                                                                       De qué lado del mar está el exilio

                                                             Tania ALEGRÍA, Brasil/Portugal

Que se quiebren en sombras los baluartes
de las tantas fronteras y murallas;
yo prefiero perderme con el viento,
prefiero, como el viento, tener alas.

Que se añejen los brindis en las copas
y las copas se rompan en las claras
vendimias interiores de los sueños
donde maduran retos y palabras.

Revélense en tinieblas, llantos, muecas,
que se eclipsen los labios, beso a beso
en la  eterna y unánime nostalgia

Yo sigo de aquel  lado, donde el vino
añeja  junto al mosto  la memoria
y el empuje total de la esperanza




EL BICHO DE LA RABIA



Consuma su pecado el bicho de la rabia,
se centre en las mordidas que dan al corazón
que muestre su navaja de muerte innecesaria
sin nada de razón.
Que lleguen sus puñales de filos mal habidos
al hondo de los pechos hiriendo la canción
del hombre más sencillo que vive en el planeta
bajo la estrella Orión.
No venga con gladiolos que huelen a mentiras
apolillados restos de nafta y de cartón
no venga el bicho raro de rabia bien pagada
con su reparación.
No venga con noticias urdidas desde el Norte
a embestir mariposas de limpia convicción.
Los Hombres más sencillos tejemos la alegría
con harta reflexión
Y cuando la desidia acabe con la vida
del bicho de la rabia, ¡que llore su aluvión!;
¡Que rasgue su camisa de niebla y de ceniza!
pues ya no habrá perdón.
Sus propios laberintos serán para su pena
los temibles abismos para su frustración
los Hombres más sencillos cantamos a la vida
sin odio, ni traición.





DEL LIBRO PEDAZOS DE LA NOCHE


PEDAZOS DE LA NOCHE


El condenado a muerte lanza sus dados a lo eterno. 
Todos aherrojados en la misma alquimia nocturnal. 
Todos en el mismo tablero de la vida. En la noche. 
En su circuito sideral,  cantan sus himnos los astros.
Una magnolia de tersa piel inflama los aromas en sus coordenadas 
y en toda su magnificencia la noche se extiende a los límites de lo ilimitado. 
Es allí donde el Hombre aquieta sus músculos, 
aduerme los apetitos más elementales, 
revierte sus miserias y temores.
En esa misma estancia el animal descansa de su carga
y peina sus instintos. 
Porque en la noche el amor es otra flor incalculablemente hermosa. 
La mujer y el hombre se desnudan para hacerse uno. 
En la noche, también  el alacrán ataca.
Le sobrevive el miedo a la serpiente. 

El poeta, mientras tanto, vive la noche, se regocija en ella, 
le muerde sus fantásticos pétalos, 
le ordeña los jugos con que alimenta sus vivencias. 
Escribe.





LA NOCHE EN EL HOMBRE



La noche en el pecho del Hombre, sigue
perdida y lejana, sin saber dónde.
La fatiga del alma no responde,
ni hay pétalo en el tiempo que la obligue
redimir su panteón de hermoso  velo.
Lo cubre a medio torso la hora vieja
sumisa por el vicio tras la reja
mientras la luz naufraga en hondo cielo.

Es  la noche en el hombre, sin porfía.
Como un mármol oscuro, o la fría
mortaja infeliz que en el puerto atraca.

Abrazado a la copa y a  la albahaca
se abandona el Hombre  en su resaca
junto al parto feroz, del nuevo día


  

TUS OJOS Y LA NOCHE


Llega la noche
en el ultimo vuelo de unos ojos
 resueltos a ser sombra.
La noche, en su cuadricula de fiebre;
 los ojos, en su vasto circulo,
como de inocente hoguera.
Ambos enclaustrados
en las pupilas eternas de lo oscuro.
Ambos en su hechizo,
en la plena redención de lo eterno,
aleteando en la liquida sustancia del tiempo
que ha partido en dos
las coordenadas posibles
de la cordura y el deseo.





NOCHE ÍNTIMA


Noche de almendra
y nudo de la pasión interior. 
Lo mío galaxial. 
Eterno de lo interno. 
Eres y estas acariciable.
como mujer sensual.
Conjunción de astros en eclipse total 
y en total equilibrio. 
Noche intima en mis adentros espaciales. 
En las solitarias estancias 
de alienadas sombras
donde el vientre engendra
instintos y pasiones.
Te convoco, en la intimidad de tu negra piel de armiño 
a derramarte hermosa
junto a mi sangre.
Te convoco desde esta ecuación
 de amante privilegiada 
desde el amanecer donde sé,
te fugarás impúdica y violada.




LA NOCHE CUIDA TU SUEÑO.


La noche parió un sueno
en medio de la habitación. 
Ella está dormida y el velo de la penumbra 
es como un agua tímida 
sobre su cuerpo. 
Un agua desnuda, limpia y desafiante.
La noche entonces, 
(o el empuje de su esencia acaso,
quizás su vasta hondura,)
se convierta en esa orquídea
que guarda bajo sus parpados,
y pétalo a pétalo se sacralice,
se haga nido perpetuo 
en sus tímidos pezones 
para al final ovillarse 
como una niña buena 
en la tibia ramazón de mis poemas..



 (INVENTARIO)


La noche y la bestia agazapada, emboscando la tranquila rosa tras el velo de la bruma.
La noche en el filo de la navaja y en el aguijón de la avispa. 
La noche de la luna fria en el aullido del lobo, en la lengua de la víbora y en el tronco de la ceiba, donde lloran los ancestros y hacen el amor las lagartijas.
La noche de las muchachas violadas a orillas de las imploraciones, en las márgenes 
lamentables del amor sin alas ni espacios para el vuelo.
La noche de quien no ha nacido y se resuelve a ser solo un punto en la corola del vientre que lo acoge.
La noche en las entrepiernas de las prostitutas, húmedas del semen y las salivas clandestinas.
La noche inconclusa del asesinado en plena calle, con la Patria atravesada en medio del pecho.
Las noches de la cruz y la ceniza en los labios mancillados del aborto.
Las noches azules de mi Isla brujuleando en el mar de las Antillas,
la alquimia vegetal de su gente bullanguera y decidida.
La noche en su versión de estuario.
En su misión de miedo y desvelo.
La noche eterna de mis muertos.
Javier Heraud y la noche en su canana guerrillera en las selvas de Perú.
La de mi hermano comido por el cáncer
Víctor Jara con la noche sobre sus hombros a manera de poncho y la guitarra en ristre.
Asesinada y sin luna verde a los pies de los victimarios de Lorca.
La noche en su propia encrucijada de violencia y muerte.
La noche despertando en Valle Grande sobre la escuelita de La Higuera
La noche derramada en la copa del expresionismo.
En los marasmos de la épica surrealista.
La noche embarazada por el Guernica de Picasso
Virtualmente apagada en los cuadros de Molné.
Neruda con la noche bajo el  brazo paseándose por la alta cintura de Isla Negra.
La noche eterna de los sentenciados a muerte.
Tu noche y mi noche tan hipocondriacas e iguales.
Nuestras noches en Paz y en versos. 
Infusión y trago a rebanadas.
Y la noche en pedazos para que cada cual tome el suyo y lo disuelva en el alma como polvo cósmico




Del libro  SIN TITULO



EL HOY DE AYER SE HIZO MAÑANA
Decineto Alejandrino

  
Vivimos el presente de un hoy tan respetable,
tan bien vestido el pobre, tan necio y elegante, 
que al tributar sus aguas de tiempo relevante
se hara triunfo o fracaso, según de quien se hable.

Para unos fue una fiesta de sexos y de vinos,
de turbios engranajes y brumosos caminos,
de efimeros amores sin besos ni campana.

Mas fue el ayer vivido a sangre y a coraje,
a fuego redivivo sin tiempo ni paisaje
viviendo cada hora pensando en el manana




CUBA EN LA SANGRE


No será este poema quien te aclame
ni limpie los últimos corpúsculos de polvo
ni  salve de las trampas y oquedades
de los años.
Este poema, si acaso, sólo servirá
para añadir un poco de belleza
a las palabras o para avivar, en breve,
los fuegos de las pocas amapolas
y  aquietar los marasmos
que a destiempo nos llegan con las lluvias.
Incluso en tus calles, mis pasos se han perdido
ya ni huellas de mi asombro sospecho
en las paredes, ni en las nubes presiento
el amor a las mujeres que tuve desnudas
y frenéticas en los recintos de mi cuerpo,
ese amor, yace como un líquido derramado
a flor de piel, tranquilo y feliz 
su memoria es una  minúscula
partículas de algo caído por la vida.
 Pero te amo mi querida Isla,
siento en la sangre
crecer las raíces de mi gente y sus costumbres,
amenizando la fiesta interior de mis silencios;
te siento ombligo adentro
como una caracola de inocentes viajes
centrándose en mi pecho y acurrucándose
en la tibia soledad de mi nostalgia.
Pero ya te digo, este poema no te aclama
ni se yergue ante tu imagen.
Está escrito por alguien que ha salido un momento
a presenciar las naves incendiadas de su vida
en el tumultuoso correr de los recuerdos.




POESIA. ALTO VUELO.
(Decineto)

Poesía. Alto vuelo de paloma.
Esencia de lo eterno. Crucial
levadura de lo humano. Aroma
de lo inédito. Envoltura real.

Raíz de una almendra sosegada
donde la fantasía se aloja
cual tuétano de la siempre roja
y demencial sangre. Llamarada.

Pulso de la vida. Muerte y nada.
Carga que no pesa ni acongoja.





EL HOMBRE
1
(Décima endecasílaba y asonante.)
2
Decineto endecasílabo.

“Esos pies que lo traen y que lo llevan.”

                                    1
La sangre que en las venas lo desgarra.
Estas alas internas que lo elevan.
Aquello que es, y unanime congrega.
Su aire mortal, y dosis de mortaja.

Viene con su infeliz hoja de parra
a ocultar lo de todos conocido:
la sombra del sexo en los concilios
del alma. Ese, señores… es el Hombre..
Vil inmundicia, drogas y temores
y en la voz, la mentira,  el escondrijo 

                          2
Mas yo estoy con  el  Hombre paralelo
a la salida del sol y de la rosa,
y deja su coraje en cada cosa
que hace en Paz, con amor y con recelo

Estruendo secular y solidario
Junto a la hembra que ama y fertiliza
que por ella y junto a ella canaliza
el breviario de su vida en el planeta
Es el hombre que ante todo es un poeta
Y compendio de la llama y la ceniza.


  

TRIBUTOS EN MI AUSENCIA



¿A quién molestará la mosca de mi muerte?
¿A quién impugnará en su vuelo?
 ¿A cuántos alcanzará con su hedor a mi mortaja?

Quienes llevan
la sangre cercana a mis latidos
rasgarán sus vestiduras.
Clamarán por mi presencia.
Estrujarán en sus pechos mis libros editados.
Besarán mi rostro en las fotos.
Archivarán mis poemas sueltos
y en cada amanecer estaré en sus recuerdos.

Mis colegas alzarán la copa
 para el brindis en nombre  del amor y de la vida

Pero tú, entre todas,
conocerás a partir de entonces
la sombra de mis caricias,
el valor eterno de los besos.
El dolor que encierra la palabra Amor
 en nuestras vidas.




ALBORADA INTERIOR
(Decineto dodecasílabo)



Al nacer el día, con su impronta magia,
de la sangre pende la razón del pulso.
Si a la página llega de flor y mortaja
la alquimia del verso, inocente y puro.


Y  en esa vendimia del desasosiego,
queda el alma muda, queda el verso ciego
con esa vigencia de sabor a luto.
Mas la sangre viva que en mi copa escruto,
la que fiel defiendo, la que no discuto
me arde en las venas si traidor la niego.





 LA SANGRE INAGOGABLE


La sangre inagotable de la que hablaba Benedetti.
la defiendo en mi tazón contemporáneo
donde vierto también las brumas de lo mítico
y las pezuñas del gato globalizado
que el montevideano
no alcanzo a conocer siquiera
aunque sabia ciertamente
que todas las aguas del mundo
eran una abuela.

La sangre separada
en sus fuegos mas latentes,
 en sus mas permanentes atributos familiares
me confirma su sensual raíz,
 su eterna diadema de genes seculares.
La sangre febril, yacente o tributaria,
en sus bastiones de cósmica arrogancia,
hoy bulle en las arterias, se inflama
de recuerdos, apura
su almendra ante el golpe y la violencia.
¡Se aviva!
¡Crece!

¡Salta!

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