Poemas de mi libro en preparación: MIS GUERRAS Y OTRAS BATALLAS. [Con notas tomadas del prólogo escrito por el poeta LUCIO ESTEVEZ]

PORTADA NO DEFINITIVA

Mis guerras y otras batallas, del escritor y poeta cubano, Ernesto Rodríguez del Valle. Este poemario, además de la espontaneidad con que está escrito los, no hay nada furtivo en él pues hay un trabajo autoral exhaustivo en búsqueda de encontrar un lenguaje particular que exprese los sentimientos inspiradores del autor y gane el respeto de sus lectores.
En el libro encuentro poemas reflexivos acerca de la vida, el amor y la muerte como en el poema  Alborada:




ALBORADA


Nace la mañana.
Un confuso rumor se desplaza consumiendo las sombras que huyen de la vigilia en que el Hombre está con sus ojos cerrados como si un parto de lúcidas estrellas sucediera bajo sus párpados.
Es la mañana y es labor de las luces recién urdidas quien equilibra toda la noción de lo festivo, cuando el cuerpo  se desplaza lúcido y creíble como una pantera en  celo.

Así llega el día, en el lenguaje
humano de besos y gemidos.
De cuerpos cansados, abatidos
sin la noción hermosa del paisaje.
Es la realidad de todo viaje
que nunca parece concluido.


Las preocupaciones sociales y elementos de denuncia aparecen en Veamos al trasluz y en La noche en el hombre:



VEAMOS AL TRASLUZ



Veamos al trasluz las opulencias
generadas en zonas tributarias;
analicemos las prostibularias
razones de Empresas y de Agencias.

Señalemos con los dedos purgatorios
la raíz colonial de esas fortunas
que hacen oro del polvo de la luna
gracias a obreros con sueldos aleatorios.

Fatiga el alma, el hambre y la miseria,
el festín de parásitos en niños
que solean la muerte haciendo guiños.

Duele el hígado vivir en esta Feria
donde el rico es más rico y es más seria
la cruz en la piel de los armiños.






LA NOCHE EN EL HOMBRE



La noche en el pecho del Hombre, sigue
perdida y lejana, sin saber dónde.
La fatiga del alma no responde,
ni hay pétalo en el tiempo que la obligue
redimir su panteón de hermoso  velo.
Lo cubre a medio torso la hora vieja
sumisa por el vicio tras la reja
mientras la luz naufraga en hondo cielo.

Es  la noche en el hombre, sin porfía.
Como un mármol oscuro, o la fría
mortaja infeliz que en el puerto atraca.

Abrazado a la copa y a  la albahaca
se abandona el Hombre  en su resaca
junto al parto feroz, del nuevo día


En todos los poemas, Ernesto encuentra formas de expresar metáforas de una increíble originalidad, ejemplo de ello lo posee, Extraña imagen:

 EXTRAÑA IMAGEN



Era el crepúsculo y pasaste frente a mí
de manera tan exacta como un sueño.
Bella.
Terrenal.
Profundamente ajena
como ciertas frutas en sazón
en esos patéticos huertos olvidados.
Tenías la misma madurez y seriedad
la misma tristeza, el mismo embrujo.
Quise tocar tu orgullo evocativo
pero era ya tarde
Tu falda de hojitas y renuevos
batida por el viento, solamente me dejó
esa viejo y conocido olor a hembra
que despiden las frutas olvidadas...
un remoto amor... 
y algunos astros.




De íntimo contenido es el poema dedicado a su Camagüey,  Camagüey, ciudad legendaria  ciudad natal, donde une admiración y añoranza.  Y en su peregrinar por las leyendas tejidas años tras años,  nos deja estas hermosas imágenes,  para dignificarla en su magia…

 
CAMAGUEY CIUDAD LEGENDARIA




Mi ciudad, hoy dos de febrero, está alegre, sin ninguna coordenada que le  reintegre
los pasos a las despedidas como novia en vísperas de perder su virginidad.
Mi ciudad es una novia anciana, lúgubre, legendaria, plena de hechizos y quimeras;
plagiada constantemente por las lluvias y el canto de las aves.
Parió temprano un arcoíris enredado en sus caminos,
Parió un trueno debajo de la ceiba que la dignifica y luego un güije a orillas del arroyo de Méndez.
Mi ciudad parió poetas y locos, ambos sumidos en el humus recóndito de sus mayores
pero sigue siendo virgen, sigue buscando el semen de la historia para embarazarse
en la liturgia de sus Iglesias y en lo vegetal de sus caminos.
Hoy, dos de febrero, la recuerdo como una  novia eterna y ambos sabemos el secreto que guardamos entre yaguas secas y hojas de yagrumas.
Porque hay espacios para las lluvias que humedecen sus insomnios libertarios.y para aquellos cánticos callados de los esclavos rebeldes o para estas palabras que ahora escribo en homenaje a la memoria de su virginidad y al ámbito azul que la protege y ama como esposo




Vemos en Ernesto R. del Valle,  el dominio que tiene de la técnica poética cuando en este libro encontramos no sólo obras de las llamadas versos blancos o libres junto a  décimas, sonetos, prosas poéticas y experimentos válidos como el Decineto[1]La soledad de la rosa y Amor vagabundo poemas donde la rima consonante impera a la perfección  tocadas por un romanticismo nada estridente.



 LA SOLEDAD DE LA ROSA [Decineto]




Venga el terrible amor, suicidio de las horas
a esparcir su veneno de tiempo necesario
ahuyentando el placer vigente, imaginario.

Que venga con la aureola minúscula y suicida
de la ostia que llega desnuda hasta la cama
saboreando la  piel del tiempo que le olvida
y en pleno corazón la sangre se le inflama.

Que venga y que no olvide la rosa  en primavera
muriendo de silencio en un jardín cualquiera
marchitos ya sus pétalos de pérfidas auroras.

 
 AMOR DE VAGABUNDO.

(Decineto Alejandrino)




<...cruzada en la montura/ como una corza muerta>
Rubén M. VILLENA/ Cuba.






Sin hogar y sin besos entre las sombras pasa.
Soldado de la vida, camina lentamente 
por entre las trincheras del pecho y de la mente
desde donde se emboscan recuerdos de su casa.

Ella era tan hermosa, -su niña idolatrada-.
La amó como a su sombra, fue sombra de la nada
que atravesó una noche la sombra de una puerta.

Jinete del recuerdo cabalga por su historia
solo y vagabundo, llevando la memoria
<...cruzada en la montura como una corza muerta>




No puede faltar una profunda lectura del poema Impiedad de los amantes, porque es ejemplo de lo expresado anteriormente y no por ser poesía erótica está ausente el buen gusto de un poeta que logra transformar lo concreto en imágenes poéticas:

IMPIEDAD DE LOS AMANTES 

Para Victoria, por toda explicación.


Ella se desnuda piel a piel en un afán por intentar
el latido de las estrellas en su cuerpo.
Él recuerda que se abstuvo de tomarle el pulso al tiempo
y la amó con la simple cordialidad de los amigos.
Besó toda su femineidad como si besara una sombra
 Ungió los  senos y ese vientre que siempre le parecieron
ser la planicie  perfecta de otra geografía.
Cordialmente saltaron algunas palabras que volaron
junto a las notas de la quinta sinfonía de Beethoven
pero ya el viejo alemán no era el encanto de los primeros días.
La habitación seguía estando allí con sus paredes y ventanas
y el techo peligrosamente encima  de sus cuerpos.
después de todo, ella sació la hembra que lleva en el sexo,
pero comprendieron que nada fue igual ni comparado a aquellos días
en que las fieras indomables escapaban de sus cuerpos.
Pudieron haberlas encontrado pero el tiempo era más que una liturgia
y demasiado el cáliz de la ausencia que apuraron en el rito.
Una cortina de olvido quedó cerrada para siempre
cuando se despidieron  con un adiós callado.
quedaron divididos en fragmentos que comenzaron a desvivirse
                                                                                    desde entonces…




 Ernesto, además de trabajar incansablemente en su  obra por la que ha recibido galardones diversos, es director de la Revista Guatiní , tiene varios libros publicados y colabora en distintas publicaciones de índole periodística y cultural.



[1] Estructura poética creada por el autor, en la que se encuentran  presentes  los diez versos de la Decimal y la cuarteta y los tercetos del Soneto.



Comentarios

  1. Se me dan muy bien estos poemas, amigo. Mis votos por el éxito del libro.

    Fuerte abrazo

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  2. Gracias, la ilusión de todo creador, - y tú lo sabes- es poner a la luz de la crítica pública lo que ha ido siselando a golpe ansias,toda una jornada. Mi abrazo de siempre.

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